UN
ROBLE HA CAÍDO
In
memoriam por el sensible fallecimiento del Sr Eusebio Rondón, ocurrido el día
04 de noviembre de 2015. -Jorge Luis Paredes Arias.
Eusebio Rondón |
¡Ah
Caramba, mano Eusebio! Se detuvo el segundero. En el reloj de arena ésta no
escurre más. La última tarde de sus ojos abiertos se vivió gris, con poca luz
y un telón de boca comenzó a caer. ¿Fin de la Historia? O continuará…
Quién
diría de aquel muchacho de rasgos aborigen y transitar sencillo, de carácter
afable y pícaro humor, de férrea constancia y enorme paciencia; quien diría de
aquel muchacho que un día la historia le reconociera como “El Roble” que fue para
su pueblo natal.
Eusebio
amó a Pueblo Llano y construyó su pueblo como construirse a sí mismo; se curtió
de mundo y entre hieles y mieles salió adelante, según se lo propuso. Otros
tiempos eran aquellos; otros climas, otras condiciones, otros juegos, otra sed,
otra hambre, otros sueños… Y así creció como hombre de bien; dueño de su
destino, apegado a sus convicciones, a su fe.
Se casó
Eusebio y, aunque ya contaba en su haber a Ulises, con su esposa Andiolina crió su familia,
formó un hogar. Allí están: Darío, Ernestina (María) Fredy, Belkis, Sócimo, Arístires,
Eloisa, Doris, Diómedes, Virgilio y Javiel, además de algún ángel que ya está
en el cielo. Todos dignos herederos de su moral y portadores de su legado de
amor.
Eusebio acompañado por parte de su familia y por este servidor. - Foto: Néstor Bravo |
Eusebio fue
un hombre emprendedor, agricultor, comerciante y músico. Los acordes de su
bandolina visitaron varias ventanas de las casas de Pueblo Llano y pueblos
vecinos, despertando, en la dormida noche, algún enamorado corazón.
Su música,
como su humor, siempre le acompañó y, aun en el atardecer de su existencia su débil
voz y sus dedos cansados se juntaron en algunos acordes para evocar “Los
Rosales” y “Preciosa Merideña” mientras un infinito pero efímero viaje en los
recuerdos le transportaban a tiempos ya idos.
Perteneció
Eusebio a un bosque de robles, de los que ya quedan pocos, de esos pilares
firmes, indoblegables, que construyeron una familia y sostuvieron un pueblo.
Por eso estas líneas. Él, al lado de sus compañeros de vida, aportaron importantes
granos de arena para la construcción del Pueblo Llano de hoy y por allí van sus
hijos, tras esos pasos, en procura de un pueblo mejor.
Ya ha
cerrado sus ojos, su voz no se oirá más y, en una triste escena de ésta vida,
hoy se ha de sembrar a la inmortalidad. No muere quien permanece latiendo en otros
corazones y Eusebio en muchos de nosotros vivirá.
¡¡Hasta
Siempre, noble viejo!!
¡¡Hasta
siempre, Descansa en Paz!!
Pueblo
Llano, 06 de Noviembre de 2015