ALGUNAS
CONSIDERACIONES SOBRE EL ATENEO DE PUEBLO LLANO
Por:
Jorge Luis Paredes Arias
Desde hace algún tiempo he visto con
preocupación el bajo perfil que el Ateneo de Pueblo Llano ha venido asumiendo
desde algunos años atrás. No digo esto con el ánimo de recargar
responsabilidades sobre nadie en particular, sino, más bien, bajo la óptica de
dimensionar lo que cada uno de nosotros, quienes sentimos algún compromiso con
la institución, ha hecho o dejado de hacer para sostener este importante centro
del quehacer cultural en nuestro municipio.
Para quienes de una u otra forma nos
vinculamos con el Ateneo de Pueblo Llano desde su nacimiento, o en tiempos
posteriores cuando el frenesí de las muestras culturales se encontraba en su
apogeo más sublime, nos es fácil la evocación de imágenes y sentimientos donde
el fruto del esfuerzo obligado por las penurias del momento se consagraban en
los aplausos de la gente, tanto propia como visitante, de éste maravilloso
pueblo enclavado en una trilogía de montañas que hacen honor a la Santísima
Trinidad, su patrón.
Son muchas las condiciones y
circunstancias que han obligado a esta gran institución a bajar la guardia y, a
veces, pasar desapercibida, nadando en la añoranza de los gratos momentos de
tiempos ya idos. Dificultades económicas, organizacionales, políticas (en el
pleno sentido de la palabra) y variación en los intereses del colectivo, han
dejado que esto ocurra. Entonces ¿Qué hacer? ¿Cómo podemos re-activar el ateneo
de Pueblo Llano si no cuenta con recursos económicos? ¿Cómo superar la crisis
de la “apatía”?
Seguramente las respuestas a estas
interrogantes no surgen de manera nada fácil, Cuántas ideas pueden venirnos a
la mente sin que su aplicación signifique la erogación de alguna cantidad de
dinero, la inversión del tiempo de las personas que se interesen hacerlo, del
desprendimiento de algún recurso importante o no; o, si vamos al mero hecho de
sumar voluntades ¿cómo podemos respaldar el accionar de esas voluntades si no
se cuenta con los materiales que de seguro serán necesarios para el accionar
cultural?
Una mera hoja de papel ya significa una
erogación importante para una institución que se ha visto obligada a prescindir
de una secretaria, un servicio telefónico, y hasta una cuenta en el banco, ¡Increíble!
¿No?
Pues sí, esa es la situación actual del
Ateneo de Pueblo Llano. Una institución cercana a los veintiocho años de vida y
que está como el enfermo que apenas puede respirar, que, hasta para salir a
tomar sol, necesita ser llevado de brazos y solo espera por la hora sagrada del
último hálito de vida.
Cuando éste momento llegue, ¿nos reuniremos
a leer y escuchar esquelas de bellas frases enunciando “lo bueno que era”?
Considero que la herida de muerte de
nuestra máxima institución cultural reclama la atención de todos, y nos convoca
a suministrar la savia revitalizadora que desde nuestro propio accionar podemos
imprimirle. Sí, creo que es la suma de voluntades, muchas voluntades las que
hacen falta para no dejarle morir.
Pero, ¿Qué hay que hacer? Bueno, se
necesita dinero, para comprar materiales de oficina, utensilios de limpieza,
mantenimiento de las instalaciones, adquisición y pago de teléfono, pago de una
secretaria, viáticos para movilización de cuerpo directivo, honorarios
profesionales como el de un contador o de un asesor jurídico. Adquisición de
materiales para la implementación de algunos talleres como de manualidades,
lecto-escritura, artesanía, teatro, fotografía, instrumentos de música,
vestuario y utilería para danza y teatro… y pare de contar.
Pero no todo es dinero; es, además,
inversión de tiempo para el hacer, para el construir, para el cuidar, para el
mantener, para el promover y esto solo lo hacen personas.
Entonces ¿Qué hacer?
Nuevamente surge la interrogante. Desde
mi punto de vista muy personal, creo que, en primer lugar, deberíamos definir
si queremos hacer “algo”. De encontrar alguna respuesta positiva,
correspondería saber ahora “Quien o quienes”, con suficiente compromiso, se
suman en el accionar y de ahí en más parir, desde la creación colectiva, el
proyecto que oriente la veleta hacia el objetivo positivo que se trace desde
tal parto.
Ahora bien, Si me toca dar una
respuesta en torno a la interrogante del ¿Qué hacer? Doy un paso al frente
hacia el lado de los que quieran “hacer algo” por El Ateneo de Pueblo Llano;
seguro estoy que será un colectivo que irá creciendo fortalecido y encontrará
las herramientas y elementos necesarios para erigir la obra, desde la
institucionalidad ateneísta, para contribuir en la cultura de la paz, en la
edificación del hombre nuevo para nuestro municipio, la región y el país; en
tal sentido creo entonces que es oportuna la ocasión para revisar-nos, reconocer-nos
e identificar-nos con El Ateneo de Pueblo Llano y avanzar hacia un horizonte
mejor.
ALGUNAS IDEAS PARA LA CONSTRUCCIÓN:
· Identificar-nos (Saber quiénes –y cuántos- son los dispuestos
a dar la batalla [socios o no]).
· Diagnosticar-nos (Conocer el problema –si es que
existe- y saber si se es parte de él o de su solución y de qué forma).
· Revisar-nos (Saber en qué, o de qué manera, se está
o no, dispuesto a contribuir [factor económico, social, cultural, formativo, entre
otros).
· Reconocer-nos (Saber donde se mezclan, se cruzan, o
se repelen nuestras ideas o propuestas y trabajarlas para que la sinergia
coexista entre todos).
· Accionar-nos (Plantear una agenda con objetivos y
estrategias concretas desde la activación, individual o colectiva, según sea el
caso).
· Evaluar-nos (Diseñar estrategias que permita
revisar, enmendar y orientar el accionar en función de los objetivos donde y
cuando sea necesario hacerlo).
Finalmente un comentario al cierre, el Ateneo no es
una edificación, sino el colectivo que lo compone, así que podemos convertir a
todo Pueblo Llano en “Un Gran Ateneo”.