domingo, 5 de mayo de 2013

EL ATENEO DE PUEBLO LLANO


ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ATENEO DE PUEBLO LLANO
Por: Jorge Luis Paredes Arias



Desde hace algún tiempo he visto con preocupación el bajo perfil que el Ateneo de Pueblo Llano ha venido asumiendo desde algunos años atrás. No digo esto con el ánimo de recargar responsabilidades sobre nadie en particular, sino, más bien, bajo la óptica de dimensionar lo que cada uno de nosotros, quienes sentimos algún compromiso con la institución, ha hecho o dejado de hacer para sostener este importante centro del quehacer cultural en nuestro municipio.

Para quienes de una u otra forma nos vinculamos con el Ateneo de Pueblo Llano desde su nacimiento, o en tiempos posteriores cuando el frenesí de las muestras culturales se encontraba en su apogeo más sublime, nos es fácil la evocación de imágenes y sentimientos donde el fruto del esfuerzo obligado por las penurias del momento se consagraban en los aplausos de la gente, tanto propia como visitante, de éste maravilloso pueblo enclavado en una trilogía de montañas que hacen honor a la Santísima Trinidad, su patrón.

Son muchas las condiciones y circunstancias que han obligado a esta gran institución a bajar la guardia y, a veces, pasar desapercibida, nadando en la añoranza de los gratos momentos de tiempos ya idos. Dificultades económicas, organizacionales, políticas (en el pleno sentido de la palabra) y variación en los intereses del colectivo, han dejado que esto ocurra. Entonces ¿Qué hacer? ¿Cómo podemos re-activar el ateneo de Pueblo Llano si no cuenta con recursos económicos? ¿Cómo superar la crisis de la “apatía”?

Seguramente las respuestas a estas interrogantes no surgen de manera nada fácil, Cuántas ideas pueden venirnos a la mente sin que su aplicación signifique la erogación de alguna cantidad de dinero, la inversión del tiempo de las personas que se interesen hacerlo, del desprendimiento de algún recurso importante o no; o, si vamos al mero hecho de sumar voluntades ¿cómo podemos respaldar el accionar de esas voluntades si no se cuenta con los materiales que de seguro serán necesarios para el accionar cultural?

Una mera hoja de papel ya significa una erogación importante para una institución que se ha visto obligada a prescindir de una secretaria, un servicio telefónico, y hasta una cuenta en el banco, ¡Increíble! ¿No?

Pues sí, esa es la situación actual del Ateneo de Pueblo Llano. Una institución cercana a los veintiocho años de vida y que está como el enfermo que apenas puede respirar, que, hasta para salir a tomar sol, necesita ser llevado de brazos y solo espera por la hora sagrada del último hálito de vida.

Cuando éste momento llegue, ¿nos reuniremos a leer y escuchar esquelas de bellas frases enunciando “lo bueno que era”?

Considero que la herida de muerte de nuestra máxima institución cultural reclama la atención de todos, y nos convoca a suministrar la savia revitalizadora que desde nuestro propio accionar podemos imprimirle. Sí, creo que es la suma de voluntades, muchas voluntades las que hacen falta para no dejarle morir.

Pero, ¿Qué hay que hacer? Bueno, se necesita dinero, para comprar materiales de oficina, utensilios de limpieza, mantenimiento de las instalaciones, adquisición y pago de teléfono, pago de una secretaria, viáticos para movilización de cuerpo directivo, honorarios profesionales como el de un contador o de un asesor jurídico. Adquisición de materiales para la implementación de algunos talleres como de manualidades, lecto-escritura, artesanía, teatro, fotografía, instrumentos de música, vestuario y utilería para danza y teatro… y pare de contar.

Pero no todo es dinero; es, además, inversión de tiempo para el hacer, para el construir, para el cuidar, para el mantener, para el promover y esto solo lo hacen personas.

Entonces ¿Qué hacer?

Nuevamente surge la interrogante. Desde mi punto de vista muy personal, creo que, en primer lugar, deberíamos definir si queremos hacer “algo”.  De encontrar alguna respuesta positiva, correspondería saber ahora “Quien o quienes”, con suficiente compromiso, se suman en el accionar y de ahí en más parir, desde la creación colectiva, el proyecto que oriente la veleta hacia el objetivo positivo que se trace desde tal parto.

Ahora bien, Si me toca dar una respuesta en torno a la interrogante del ¿Qué hacer? Doy un paso al frente hacia el lado de los que quieran “hacer algo” por El Ateneo de Pueblo Llano; seguro estoy que será un colectivo que irá creciendo fortalecido y encontrará las herramientas y elementos necesarios para erigir la obra, desde la institucionalidad ateneísta, para contribuir en la cultura de la paz, en la edificación del hombre nuevo para nuestro municipio, la región y el país; en tal sentido creo entonces que es oportuna la ocasión para revisar-nos, reconocer-nos e identificar-nos con El Ateneo de Pueblo Llano y avanzar hacia un horizonte mejor.

ALGUNAS IDEAS PARA LA CONSTRUCCIÓN:

·       Identificar-nos (Saber quiénes –y cuántos- son los dispuestos a dar la batalla [socios o no]).
·       Diagnosticar-nos (Conocer el problema –si es que existe- y saber si se es parte de él o de su solución y de qué forma).
·       Revisar-nos (Saber en qué, o de qué manera, se está o no, dispuesto a contribuir [factor económico, social, cultural, formativo, entre otros).
·       Reconocer-nos (Saber donde se mezclan, se cruzan, o se repelen nuestras ideas o propuestas y trabajarlas para que la sinergia coexista entre todos).
·       Accionar-nos (Plantear una agenda con objetivos y estrategias concretas desde la activación, individual o colectiva, según sea el caso).
·       Evaluar-nos (Diseñar estrategias que permita revisar, enmendar y orientar el accionar en función de los objetivos donde y cuando sea necesario hacerlo).

Finalmente un comentario al cierre, el Ateneo no es una edificación, sino el colectivo que lo compone, así que podemos convertir a todo Pueblo Llano en “Un Gran Ateneo”.






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